Vamos a partir de una premisa básica: la felicidad es contagiosa. De ahí llegaremos a la conclusión que si asociamos nuestra marca a la felicidad conseguiremos contagiarla también y en definitiva dotarla de empatía y humanizarla. A esto le llamamos marketing positivo.

Hoy en día todo el mundo quiero utilizar este tipo de marketing porque está más que demostrado que de él se obtienen grandes resultados. Pero cuidado, porque no debemos superar la fina línea que nos lleve a ser irrespetuosos y dejemos de parecer creíbles y sinceros y terminemos produciendo el efecto contrario.

Un principio básico de este marketing es el que incluye su propio nombre, el positivismo. Añadir una afirmación en el claim, un simple “” le da una fuerza a la campaña muy difícil de rebatir. El “SÍ” tiene mucha fuerza, es muy difícil luchar contra él.

Grandes marcas han apostado por el marketing positivo. Una de ellas por ejemplo es Coca-Cola. Su campaña es clara y contundente: “El camión de la felicidad”. Sin caretas, directamente buscando la empatía con el consumidor. Para ellos lo importante no es darse a conocer, todo el mundo conoce su marca. El siguiente paso es que los asocien con conceptos positivos.

 

 

Felicidad, positivismo, alegría, empatía, bienestar, prosperidad, dicha, bonanza, satisfacción… Adjetivos que si conseguimos relacionar con nuestra marca conseguiremos una mejor aceptación por parte del cliente.

El último gran ejemplo lo tenemos en la Superbowl 2015. Esta competición que se celebra en Estados Unidos es el evento que consigue cada año mayor audiencia televisiva y por lo tanto sus anuncios son los más caros. Las principales marcas hacen grandes inversiones para aparecer y tener sus segundos de gloria con anuncios hechos muchas veces expresamente para la ocasión. De hecho un anuncio de 30 segundos tiene un coste aproximado de 4 millones de dólares. En esta edición se hizo un estudio con los espectadores que habían visto todo el evento por la pequeña pantalla y se les preguntó qué les había parecido la publicidad. Y los spots que más recordaron eran los hechos desde el marketing positivo por lo “positivo y alentador de su mensaje” e incluso se atrevían a recomendar el producto sin haberlo usado.

Los autores del estudio concluyeron que después de ver un anuncio positivo la gente mejora la impresión que tiene de la marca, cualquiera sea la categoría del producto o su relevancia en la vida cotidiana del consumidor.

Si quieres hacer una campaña de marketing ya sea personal o de tu marca o producto, ha llegado el momento de apostar por el marketing positivo. ¿Tienes más ejemplos?