[dropcaps]Por temas laborales tuve que ir a Ripoll y aproveché para visitar una pequeña granja dónde elaboraban quesos artesanales. Me llevó un buen amigo con la promesa de que me iba a gustar [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]y me haría descubrir una forma de pensar diferente[/textmarker]. El queso exquisito y el trato aún mejor. Aprendí el método de elaboración artesanal y ecológica del queso. La conversación se alargó y acabamos hablando sobre el mercado actual de quesos, de ahí salió mi reflexión posterior.[/dropcaps]

[textmarker color=»C24000″ type=»text color»]Este granjero me convenció del poder del pequeño fabricante[/textmarker]. Me convenció de que si tu objetivo no es la facturación puedes llegar a ser el líder de un mercado tan atomizado y copado por las grandes empresas.

Reflexiona 10 segundos sin pensar en aquello que siempre has leído o te han enseñado: [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]¿Ser líder en tu sector se basa en quién factura más?[/textmarker]

Salí con la sensación de que [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]ser líder en tu sector va más allá de unos simples números[/textmarker]. O así debería ser. Aquel que consiga un producto mejor (incluyo el servicio) a un precio más razonable debe ganar la confianza de los consumidores. Y no hablo de calidad-precio entendida como se expresa en el mercado actual: precio muy barato con un producto que dé el pego y se pueda comer. O [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]un servicio que es barato para hoy y problemas para mañana[/textmarker].

Hablamos de confianza. El producto debe tener una calidad mínima y si no la tiene especificarlo.

El líder del mercado de quesos actual crea miles de porciones con un sabor exactamente igual entre ellos, con secados homogéneos y mermas de producción casi inexistentes.[textmarker color=»C24000″ type=»text color»] ¿Cómo puede ser en un producto vivo que cada día tiene una presencia diferente?[/textmarker] Vaya, que lleva tantos condimentos que no sé yo si podemos llamarle queso, llamémosle “CasiQueso” o “PostQueso”.

¿Verdad que actualmente no podemos comunicar que algo es “light” si no cumple una serie de requisitos? ¿Por qué a las cosas que llevan sucedáneos para favorecer su producción si podemos llamarle por el nombre del producto originario?

La respuesta es sencilla: Si no le llamo light, le llamo X y saco un nuevo producto al mercado. El productor pequeño no puede diversificar tanto su producción y uno menos para repartir el pastel.

[textmarker color=»C24000″ type=»text color»]Al cliente no deberíamos engañarlo. El cliente no debería dejarse engañar.[/textmarker]

Salí de la granja con la convicción de que el buen trabajo se realiza en las pequeñas empresas, [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]aquellas que miman el proceso por encima del resultado[/textmarker]. Empresas que se dedican por vocación y que su gran premio es sacarse su jornal (cuanto más alto mejor) y la sonrisa de su cliente.

Estas empresas no trabajan mirando a la competencia, [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]se unen a ella para llegar más lejos[/textmarker]. [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]Cuidan el mercado[/textmarker] porque dependen de él, no lo manipulan para sacar tajada. El mercado debe guiar a las empresas, [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]el mercado es la gente[/textmarker] y las empresas deben cubrir sus necesidades.

[textmarker color=»C24000″ type=»text color»]La #Empatía debe regir todas las relaciones empresariales[/textmarker]. Tanto con clientes, así como consumidores, proveedores, colaboradores o competidores.

Pero en este artículo [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]también quiero atizar a nosotros los compradores[/textmarker]. Miramos directamente el precio sin preguntarnos más allá. Debemos preguntarnos qué calidad compramos y si el precio está acorde con las expectativas que personalmente exigimos, sin comparar con multinacionales con la cultura del 1€ o “más barato” a costa de la calidad real para romper el mercado y quedarse ellos solos.

Esta reflexión nos engloba a todos y nos debe hacer reflexionar sobre aquello que ofrecemos y pedimos. No vale todo y si valiese, como mínimo saber lo que estamos haciendo.

[textmarker color=»C24000″ type=»text color»]Ser auténtico te hace diferente, ofrecer lo mejor de ti te hace especial.[/textmarker]