[dropcaps]Una de las claves para tener éxito en cualquier ámbito profesional es ser honesto con uno mismo. Aunque parezca lógico y evidente, no lo es. Debemos ser absolutamente sinceros y honestos con nosotros mismos. Y esto significa tener claro en qué somos buenos y en qué no. Y sobre todo no autoengañarnos.[/dropcaps]

En ese momento solos, en la cama con la almohada, en la ducha, conduciendo en silencio… o en el escenario que creas más adecuado, analízate con sinceridad. Y acompaña esta honestidad con evitar la modestia.

Cuando nos contratan por un trabajo, para una charla; cuando nos compran nuestros productos es porque quieren, porque lo han escogido. A veces gustaremos más y otras menos, pero centrémonos en aquello que se nos da bien. En nuestra especialidad. Y huyamos de lo que no nos sale bien, aunque nos encante.

Porque ese error lo podemos pagar muy caro. Aunque nos guste mucho una cosa, debemos ser sinceros y honestos y delegar a alguien que lo haga mejor. Potenciar nuestros puntos fuertes y difuminar los débiles. Huyamos entonces de la modestia porque aquello que haremos sabemos que lo haremos bien.

Pero no confundamos la honestidad con la prepotencia. Porque no hay nada peor que aquel que solo sabe hablar de sí mismo y de lo bueno que es. No excedamos límites. Hay que demostrarlo con hechos y con seguridad.