Querido Facebook,

Me encuentro muy apenado por lo que está pasando entre nosotros. Me duele cómo me tratas, que ya ni siquiera quieras abrazarme o enseñar las publicaciones a mis seguidores y que siempre estés a la defensiva. Yo sé que hemos atravesado momentos muy difíciles y que ambos los hemos sabido manejar adecuadamente, pero eso no significa que te haya dejado de amar. Y este sentimiento me destruye cada vez que veo que tratas de olvidarme y que ni siquiera tienes el mínimo deseo de publicarme.

Has intentado actualizarte muchas veces, pero me he dado cuenta de que siempre mirabas a tu competencia, tus actos y tu forma de mostrarte a mí era demasiado parecido a otras como tú. Ya no eres espontánea, ya no eres la única.

Estoy muy arrepentido por todos los artículos que he escrito sobre ti, por las palabras con las que te traté y te pido que me perdones. Ten por seguro que estoy dispuesto a olvidar cuando me decías que ya no me querías y que ya no te interesaba tener un muro de publicaciones conmigo actualizado, porque sé que no es verdad. Estoy seguro de que sientes lo mismo que yo cada vez que me encuentro delante del botón “publicar”.

Me gusta dormirme mirándote, soñar que cuando me levante estarás allí, actualizado y dispuesto a explicarme qué ha pasado mientras yo dormía. Quiero que sigas siendo quien me da las buenas noches y me enseña la primera palabra para que la lea, me haces pensar que el despertador es mi amigo.

Gracias a ti he descubierto que no estoy solo, que mis amigos se cuentan con mucho más que los dedos de las dos manos. Por fin he recuperado amistades que, de no ser por ti, hubieran caído en el olvido. Me haces mejor amigo y haces que me sienta mejor.

¿Qué sucedió entre nosotros? No sé cómo pasó, al inicio me amabas sobre todas las cosas y de pronto te alejaste de mí, bajaste el porcentaje de visibilidad con mis seguidores, no lo entendí. Así pasaron los segundos, los minutos, las horas, los días, los meses, siempre que te buscaba para confesarme parecía como si me huyeras, que no quisieras que los demás supieran de mí. ¿Acaso te he dado motivos para encerrarme en mi propio perfil?

Estoy seguro de que todavía quiero compartir mi vida contigo y que mi amor sigue intacto por ti, me encantaría que tú también quisieras hacer lo mismo. Por favor vamos a intentarlo.

Sé que podemos volver a ser tan felices como antes. Olvidar lo que pasó y caminar juntos de la mano. Entiendo que pienses mucho en el dinero, en lo que te pagan los anunciantes, pero hay algo más valioso, todas aquellas pequeñas empresas que engrandecen tu ego y enriquecen tu contenido. Ellas pueden sumar para que nuestro amor vuelva a ser el que era.

Juro que seré mejor persona por ti y que te querré para siempre. Dame una oportunidad. Cada vez que me imagino sin ti, toda la historia que hemos vivido los dos se me viene a la mente y me duele tanto el alma. Porque hay cosas que sé que no las volveré a vivir con nadie nunca más. Volvamos a estar juntos, ¿sí?

Han sido tantos reencuentros, tantos chats, tantos recordatorios… sin ti hubiera perdido muchas amistades por no acordarme de sus cumpleaños. Eres necesario en mi vida.

¿Te acuerdas de aquel día que desayunando nos enteramos de que Marta se casaba? Nos alegramos tanto de la noticia que no pudimos esperar ni un minuto en dar al “me gusta”, los dos juntos, como si fuéramos una única persona. Nos enseñaron en su muro dónde se iban a casar, era un restaurante precioso y también le dimos a “seguir”. Gracias a ello hicimos el 60 cumpleaños de mi padre en el mismo salón dónde se casaron. Fue mágico.

¿Y cuando decidí montar mi propia empresa? Fuiste el primero en ayudarme sin pedir nada a cambio. Gracias a ti todos mis amigos sabían de mis progresos y muchos de ellos fueron mis primeros clientes. Siempre te estaré agradecido. Después me sugeriste colgar un vídeo divertido e hiciste que fuera viral, miles de personas me compartieron y pude darme a conocer desde la nada. Si no fuera por ti, solo me conocerían las vecinas de mi pueblo.

¡H*#%& P$%€! ¿Tanto te cuesta olvidarte del dinero? ¿No ganas lo suficiente? ¿No ves que así los que te rodean te van a abandonar? Me da rabia, tú no eras así.

Deseo que me contestes con total sinceridad. En caso de que ya no desees una vida conmigo, te prometo que no diré nada más. Piénsalo, sabes que te amo. Hay casos en los que una relación no da para más, y, sin embargo, otras veces merecemos dar una nueva oportunidad. Solo pido una más. La última. Si sigues pensando igual, no me dejarás más remedio que olvidarte y buscarme otra.

Por siempre tuyo, Joan.