El otro día me hicieron una entrevista en la que me preguntaban si había tenido alguna vez miedo a la página en blanco, a no saber qué escribir. Y les respondí que no porque nunca puedes abrir Microsoft Word sin tener antes una idea.
A día de hoy se calcula que debe haber alrededor de mil millones de blogs “activos” en el mundo, es decir, con una actualización semanal como mínimo. Eso significa que cada día en internet se escribe sobre millones y millones de temas. Algunos repetidos, otros parecidos, con más o menos gracia; pero al fin y al cabo millones y millones de palabras enlazadas con sentido que se suben a la red a cada instante.
Igual estás pensando en empezar tú un blog, un espacio donde escribir. Sí, porque además de instagram, de Twitch o de Youtube, también se pueden crear un blog e invitar a la gente a leer tus posts. Y empezar es muy fácil. Buscas una plataforma donde crearlo, como WordPress, buscas un título (o un dominio) que esté libre y empiezas con mucha ilusión.
Pero poco a poco, te cuesta más actualizarlo. Porque no tienes tiempo, pero sobre todo porque no tienes ideas. Abres el editor de texto de tu ordenador y te quedas en blanco. Es el gran mal de los blogueros y articulistas: la página en blanco. ¿Y de qué escribiré hoy? ¿Qué les cuento yo? ¡Siempre digo lo mismo!
Mi consejo es que nunca os pongáis a escribir sin tener claro antes qué idea queréis transmitir. Durante el día tened siempre en el subconsciente el blog. Y así, cuando vayáis por la calle, en el trabajo, viendo la televisión, revisando las redes sociales… se os encenderá un sexto sentido que os dirá: “este tema tiene un post”. Ya tenéis la idea.
A partir de aquí ya podéis abrir el editor de texto, pero olvidaros del título. Si no lo tenéis claro, empezad a escribir y siempre habrá tiempo para titular. No hay prisa. Eso sí, cuando ya esté terminado pensad que el título es básico. Debe ser muy atractivo y que invite al lector a leer más. Además hay que intentar que la palabra clave que queremos transmitir en el post esté en él.
Y no queramos abarcar mucho. No hace falta empezar escribiendo cada día, poco a poco. Igual un día o dos a la semana, y si hace falta y nos venimos a arriba ya subiremos la frecuencia de postear. Pero en cambio, si vamos bajando la frecuencia damos una sensación de abandono y de ir hacia abajo que no nos conviene. Porque no hay nada peor que un blog abandonado y sin actualizar.
Por lo tanto, no tengamos miedo a la página en blanco y seamos valientes y tengamos nuestro propio blog. El mundo del online está lleno de oportunidades, de conocimientos nuevos, de vías de negocio, de jóvenes emprendedores y de mucha opinión e información para compartir.