No somos conscientes de la importancia de discutir, contrastar opiniones y aprender de la postura contraria. Debemos entender que la verdad absoluta no existe y que el punto de vista distorsiona un mismo hecho.

Una de las grandes suertes que tengo al trabajar en una empresa como Marficom es rodearme de gente que les gusta discutir y entiende que es una obligación profesional. Sacar punta y hacer de abogado del diablo es básico para afianzar una idea y no dejar resquicios que puedan hacer tambalear una estrategia online.

En ocasiones, somos unos incomprendidos cuando lanzamos una idea y la defendemos con uñas y dientes. Intentamos sacar nuestros mejores recursos y las virtudes de cada uno de los ataques del interlocutor. Luchamos para que nuestra idea sea la que avance en el proceso.

En un entorno online, nadie tiene la verdad absoluta. Un mundo tan cambiante como el 2.0 el prisma gira sin parar y la verdad baila con ello.

Gana la “verdad” que más ha sido defendida y más apoyo ha recibido, la idea que ha aguantado mejor los embistes de un compañero que ha querido encontrar todos los puntos débiles. Una vez hemos seleccionado la estrategia/idea/verdad todo el equipo se lanza a defender una misma postura. Difícilmente, nadie tanto como nosotros mismos es tan estricto con las propuestas presentadas y ha tenido tantas ganas de buscar fisuras, esa es la gran ventaja de cada una de las ideas que mostramos a nuestros clientes.

En mi opinión, discutimos poco y mal en la vida. Tenemos miedo de no ser aceptados por pensar diferente o enfadarnos por defender una postura contraria a la de nuestro amigo. No hay nada más bonito que una conversación donde dos personas piensan diferente y hablan con la intención de aprender e intentar que la parte contraria empatice contigo.

No escuchar opiniones enfrentadas a la tuya o no querer entender una postura determinada conlleva una confianza extrema de tu posición que le quita fuerza a tu argumento.

Por este motivo, os animo a escuchar más a las personas que no piensan como vosotros, a discutir con fervor para defender vuestra postura. Pero, recordad que la humildad y el respeto siempre deben estar encima de la mesa para sacar el máximo beneficio de cada discusión.