[dropcaps]El modelo de belleza como carta de presentación para tener un éxito más fácil en la vida cambia, ahora la primera impresión se traslada al 2.0.[/dropcaps]

Traje y corbata, peluquería antes de una entrevista, zapatos relucientes, complementos ni muy ostentosos ni muy baratos, afeitado o barba arreglada… miles de aspectos que debíamos tener en cuenta para proyectar una primera impresión y empezar con buen pie una relación interpersonal.

Hasta ahora podíamos engañar a nuestro interlocutor con una buena imagen y mucha palabrería, el don de gentes podía tapar las carencias de cualquier profesional.

[textmarker color=»C24000″ type=»text color»]El mundo online viene para salvar la verdad[/textmarker]. Engañar una vez es fácil, engañar cada día es más complicado. Cuando vamos a una entrevista, seguramente, ya nos han estudiado vía perfiles en redes sociales.

Dejamos huella de todos nuestros pensamientos, nuestros trabajos y nuestros intereses. Indagando un poco podemos saber los últimos proyectos profesionales, el aspecto físico, qué nos gusta hacer en el tiempo libre, las tendencias políticas,… [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]¿y quién no quiere saber el máximo de información sobre nuestros clientes, colaboradores, proveedores o de la chica/o con la que estamos tonteando?[/textmarker]

Y ávidos emprendedores han encontrado nuevos nichos de mercado para dar servicio a las nuevas necesidades. Un ejemplo claro son los fotógrafos especializado en fotografías para los perfiles personales y profesionales. La primera imagen a la cual nos referíamos al principio del post se reduce a una fotografía tipo carnet incrustada en todos nuestros perfiles 2.0.

También debemos tener en cuenta algunos [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]consejos del offline que sirven para el online[/textmarker]:

–          Recientes estudios de las universidades de Nueva York y Harvard demuestran que podemos llegar a valorar y juzgar a un desconocido en tan solo 5-10 segundos sobre los aspectos siguientes:

  • Nivel económico
  • Nivel de educación
  • Competencia, honestidad, confianza y credibilidad
  • Identificación de nuestro rol de género
  • Nivel de sofisticación
  • Integridad
  • Grado de éxito
  • Religión
  • Ideología política
  • Atractivo social, sexual y profesional
  • Ética personal

–          En una primera impresión el 50% se debe a la apariencia física, el 40% a la voz y el 10% al contenido del diálogo.

–          La sonrisa en el rostro y la firmeza con que se da la mano puede comunicar mucho más que con las palabras.

–          La sonrisa denota positivismo, confianza y calidez.

–          Hablar de uno mismo es sinónimo de egoísmo y produce recelo en un interlocutor que acabamos de conocer.

–          No presumas.

–          Piensa lo que dices, no digas lo que piensas de primeras.

–          No te pongas nervioso. Nunca te comas las uñas, juegues con tu cabello o dobles una servilleta en tu mano. En estos momentos, más que nunca, piensa lo que vas a decir.

–          Mantén el contacto visual con tu interlocutor.

–          Ten sentido del humor, no hace falta ser gracioso.

–          Sé interesante.

–          Encuentra los puntos en común con la persona que hablas.

–          No te excedas con tu perfume.

–          Sé tú mismo.

–          Intenta decir el nombre de las personas que tienes delante para mostrar interés.

Si quieres proyectar una buena primera impresión, piensa qué harías offline y cómo deberías adaptarlo al online. En ocasiones queremos levantar un muro para separar dos mundos que se parecen más de lo que pensamos.