Antes de empezar a leer el post de hoy os invito a que le deis play al video y hagáis la lectura con la canción de fondo. Hoy es un artículo musicado. A ver qué tal va el invento.
Desde hace semanas, cada tarde, mientras teletrabajo en mi despacho escucho la maravillosa melodía de un saxo tocado por el vecino que tengo justo al lado. Practica cada día. Sin cesar. Y toca bien, muy bien me atrevería a decir.
Pero no es un vecino del mismo bloque, del mismo rellano. Sino que es pared con pared pero del bloque de al lado. Por lo tanto no sé quién es, ni tengo manera fácil de saberlo. Pero ¿sabéis qué? No quiero saberlo. De hecho, es maravilloso imaginarme cómo es la persona que toca ese saxo. Yo me imagino un chico joven, con gafas, de unos 20 años, y feliz, muy feliz cuando llega su momento diario musical.
Pero el otro día, se me ocurrió preguntarle a mi pareja, mientras comíamos y escuchábamos el saxo de fondo, cómo se imaginaba ella al misterioso personaje del saxo. Y ella se había hecho la idea de que era un hombre más mayor, de unos 45 o 50 años, que había tocado toda la vida y que con el confinamiento se había vuelto a enganchar a su pasión.
¡Qué maravillosa es la imaginación! Una misma situación pero con dos ideas diferentes. Precioso. Y lo estamos perdiendo. Cada vez dejamos menos margen a la imaginación. Lo damos todo hecho, todo masticado. Vivimos en una era audiovisual en el que le tenemos que poner imágenes a todo.
Yo vengo del mundo de la radio, empecé hace 28 años a hacer mi primer programa en una emisora municipal. Pero además siempre he sido oyente. Y me encantaba escuchar la radio e imaginarme cómo eran esas voces qué escuchaba. Ahora los programas de radio los hacen a la vez por Youtube o suben fotos en Instagram de cómo están puestos en el estudio. De hecho, la mayoría de estudios de radio ya parecen más platós de televisión que estudios de radio. Y es una pena. Porque perdemos. Porque nos olvidamos de imaginar. Y es peligroso porque la imaginación es imprescindible para crear.
Como decíamos en los primeros 100 capítulos de Caviar Online, la imaginación es más importante que el conocimiento. Y es así. No dejemos de imaginar por favor.