[dropcaps][textmarker color=»C24000″ type=»text color»]Que cada uno haga lo que quiera[/textmarker], pero a mí no me gustan los CM graciosillos, irreverentes y que buscan la viralidad fácil. Me gusta que las marcas que sigo me cuenten una historia, que intenten fidelizarme aprendiendo sobre mí para ofrecerme el mejor contenido. Sentirme especial leyendo aquello que me interesa.[/dropcaps]

Os pongo un ejemplo reciente:

La semana pasada descubrí la empresa de conservas POTORRO gracias a su contenido en redes sociales intrépido e irreverente. En este post no voy a entrar en la idoneidad o no del nombre de la empresa (aunque signifique “salero” según la RAE y tenga un doble sentido evidente) o que tengan un mismo envase para productos tan dispares como mermeladas, alcachofas y sal virgen de manantial.

Hoy reflexiono sobre este tuit y lo extrapolo a otras muchas cuentas que han querido seguir ejemplos como @policia o @mediamarkt:

#SienteElSabor de un buen Potorro en tu boca! Prueba un @PotorroGourmet pic.twitter.com/KCmu3GKW7v

— Potorro (@PotorroGourmet) enero 22, 2016

Gracias a ello y al juego de palabras con su nombre la marca consiguió salir en decenas de medios de comunicación, cientos de comentarios en redes sociales y miles de retuits y favs. Las redes sociales iban llenas de comentarios alabando (en la mayoría de casos) el atrevimiento y el objetivo de ser vistos, de que hablen de ti aunque sea mal (o bien, da igual). [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]En las redes sociales parece que solo valen los followers o fans y los RTs o el contenido compartido[/textmarker]. Si un tuit, vídeo o post se hace viral ya se considera que es bueno. ¿Pero cuanta gente sabe a qué se dedica POTORRO? Gracias a este tuit han conseguido casi 4.000 retuits (en el momento de escribir este post), el no va más teórico en “engagement”. Pero si miramos sus followers…siguen sin llegar a los 1.500. Una campaña típica del analógico “pan para hoy y hambre para mañana”. Además, juega con el doble sentido de la palabra pero sin contar ninguna historia. Si “potorro” es un salero…¿en serio te lo pones en la boca? Puestos a ser atrevidos y jugar con el doble sentido podríamos haber escrito: “Prueba nuestro POTORRO”, “No encontrarás nada parecido a nuestro POTORRO”, “Nuestros POTORROs tienen mucho salero”, “¿Quieres conocer nuestros POTORROS?”. Aún así, no me parece adecuado este tipo de contenido para unos tarros de conservas.

La clave es contar una historia cuando comunicamos, debemos crear un traje a la medida de nuestro producto o servicio.

¿Os imagináis que un supermercado pequeño de barrio hiciera que sus trabajadores fueran en bañador slip para los hombres y en bikini para las mujeres? Saldría en todos los telenoticias, revistas, blogs,… tendría cola de gente para ver esos trabajadores, todos comprarían algo y SEGURO que durante esa campaña la facturación aumentaría. ¿Y luego? ¿Y su imagen de marca? Es más, imagínate a la trabajadora de tu supermercado ofreciéndote las nuevas conservas que le acaban de llegar parafraseando  este tuit. No cuadra. El mundo de la comunicación es tan mágico, bonito y nuevo, que nadie tiene la verdad absoluta. Este post es solo mi opinión. Ellos apuestan por la viralidad, yo apuesto por el [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]sentido común[/textmarker]. Sin más.