[dropcaps][textmarker color=»C24000″ type=»text color»]El mensaje importa poco o nada si no llegamos a nuestro público objetivo.[/textmarker][/dropcaps]

La segmentación es una de las claves para definir el “cómo” mostramos nuestro mensaje y mejoramos su efectividad. No podemos olvidar para quién hablamos.

Hoy os presentamos al grupo de consumidores más joven, la [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]“Generación Z”[/textmarker]

 

Estos jóvenes están sobrecualificados, no han conocido los móviles sin internet y la tecnología es parte de sus vidas. Son los nacidos a finales de los noventa y ya en el siglo XXI.

La generación Z ha nacido en una fuerte crisis mundial donde se prioriza el ahorro y la precariedad laboral. Se mezcla la contradicción de la escasez con los privilegios de tener las necesidades básicas cubiertas. Seguramente Maslow debería rectificar.

 

Las redes sociales son parte de su vida social y los amigos del colegio se mezclan con aquellos que solamente hablan por Whatsapp o Facebook. Si quieres llegar a ellos en tu estrategia debes aparecer en el mundo 2.0 y el 1.0 debe ser original y fuera de lo considerado normal o “como siempre”.

La comunicación entre ellos no tiene límites de teléfonos fijos, cabinas o sms de pago, ahora las llamadas van ligadas a tarifas planas y programas de mensajería instantánea. El ahora y aquí es parte de su forma de ser.

La popularidad ya no se rige en círculos reducidos, ahora los “popus” son aquellos que obtienen más likes en sus fotos. Los selfies son esenciales para su política de comunicación personal y engrandecer su reputación offline y online.

Quedan con sus “pandillas” en los McDonald’s, Apple Stores o todos aquellos comercios con Wifi gratuito que les conecte con el mundo virtual. Su vida social gana peso dentro de sus prioridades en relación a las generaciones anteriores.

El exceso de información invade las redes sociales y el control sobre lo sucedido en nuestro entorno es casi total. La rapidez de actualización y los mensajes cortos han creado que su atención no vaya más allá de los 8 segundos por mensaje de texto, visual o de audio.

Si queremos llegar a esta generación debemos tener en cuenta que muchos de los dilemas éticos que se plantean en la sociedad para ellos ya están superados y asimilados, han nacido con ello y son parte de sus vidas.

Además, la cultura del low cost y de lo gratis puede hacer merma en nuestra estrategia si no lo tenemos en cuenta. Están acostumbrados a buscar por internet la mejor oferta entre cientos de empresas que venden el mismo producto.

Este acercamiento a un mundo extenso en conocimiento les hace navegar por internet para ser autodidactas y aprender aquello que quieren saber cuándo y dónde quieren. Las preguntas ya no existen porque antes llega Google para resolverlas.

Antes si no salías por Tv no existías, ahora si no estás en internet no te fías. Esta generación no se conforma con ser un mero espectador de la reputación de las empresas, quieren ser partícipes y lograr cierta fuerza en la comunidad con sus opiniones. Por este motivo ganan mucho peso los influencers sobre las opiniones y recomendaciones de este segmento de la población.

Poco a poco veremos cómo las marcas introducirán de una forma u otra a consumidores en sus estrategias de comunicación, usaran a los influencers y las opiniones de consumidores anónimos para crear nuevos productos.

Con esta generación la publicidad que solo informa del producto ha muerto, los tabús han desaparecido y se acabó eso de que te vengan a comprar, ahora debemos salir a vender sin engaños.