Tenía otros temas en el tintero esperando salir en este artículo, pero llegó a mi algo que me gustó mucho y que me apetece compartir porque es de aquellas cosas que dan sentido a todas mis teorías del mundo laboral y el trabajo en equipo. Dentro vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=yVDi1NQb87E

Este señor es Ted Rath, y además de formar parte del equipo de entrenadores de Los Angeles Rams, un equipo profesional de fútbol americano de los Estados Unidos, también es el asistente del primer entrenador de dicho equipo. El entrenador, Sean McVay, es una persona muy explosiva y en ocasiones de máxima concentración, enfado o euforia puede invadir el campo y así obstaculizar el partido o la visión de los jueces de línea y ser penalizado por ello. Es por esta razón que nace la curiosa tarea de Ted Rath.

Puede que ya hubierais visto este vídeo y que yo ahora mismo os esté mostrando algo totalmente desfasado, pero me parece muy útil para recordar algunas de las cosas más básicas del mundo laboral.

 

PRIMERA. Todas las tareas, incluso la que parece que tiene menos valor, determina el resultado final.

Si lo que buscamos es la excelencia, no podemos olvidarnos de ningún detalle. Parece un tópico, pero es cierto que los detalles pueden marcar la diferencia.

No sé tanto de fútbol americano como para valorar que puede suponer para un equipo una penalización por obstaculizar el campo de juego, pero si sé que el mercado actual es muy amplio y que cuando se trata de escoger entre varias empresas la gente se guía por los pequeños detalles que les conquistan. Cuáles son esos pequeños detalles traducidos a tareas, pues por ejemplo una buena atención al cliente, como comentaba mi compañero Jordi en el anterior artículo o un embalaje hecho con mucho mimo.

Para valorar cuáles son esos detalles y trabajar en ellos, mi plan infalible siempre son las listas. Escribir, tomar notas, recoger opiniones, reunirnos con el equipo y hablar de todo, desde las cosas que nos parecen más insignificantes hasta las teóricamente más importantes y a partir de ese punto, empezar a trabajar en el análisis de ellas. Seguro que encontramos detalles que podemos cambiar o adaptar y que una de dos, o nos permitirán ofrecer un servicio mejor o los métodos de trabajo se verán reforzados.

 

SEGUNDA. Que cada quién ocupe su lugar y tenga claras sus tareas para que la rueda del trabajo en equipo funcione a la perfección.

Esto pone en valor todos los puestos de trabajo de un equipo y a su vez, aporta a todos los individuos el importantísimo valor de la pertinencia. Por partes:

Si no hubiera una persona asistiendo al entrenador, este no se estaría focalizando 100% en la táctica o en las necesidades del partido y sus jugadores, parte de su concentración estaría pensando en no salir de su zona. Fácilmente, y en todas las posiciones de una empresa, podemos estar llevando a cabo tareas que no nos pertenecen o que no nos permiten ofrecer el 100% del valor por el que estamos ocupando ese lugar. Posiblemente, sea algo que se pueda mejorar revisando las tareas de cada empleado, valorando si aquella persona está ofreciendo lo que buscas de ella con todo su potencial o, por lo contrario, hay tareas que la ralentizan y podemos reubicarlas o agilizarlas.

Este modo de trabajo en equipo, como el de un engranaje que nos permite entender que sin la función A de un empleado la B no funcionaría del mismo modo, puede elevar en los trabajadores el sentimiento de pertinencia, valor que a su vez puede ofrecer una mayor y mejor productividad por parte de los empleados.

 

TERCERA. La previsión, no dejes ningún cabo por atar, si todo va bien, genial, pero si algo sale mal, hay que tener un plan de crisis.

Me refiero a que puede que un partido sea fácil y ese día el entrenador no invada el campo, pero puede que ocurra todo lo contrario y si tú no te los has planteado antes, puede que pierdas ese partido aunque tu equipo juegue superbién por cosas tan absurdas como invadir el campo. Por eso no es suficiente con encontrar una solución a todos los problemas que están a la vista, hay que trabajar también en aquellos que QUIZÁ puedan ocurrir.

¡Ojo! Después de todo, esto no significa que el entrenador no pueda aprender a mantenerse en su zona, es decir no estamos hablando de que si hacemos algo “mal” lo solucionen otros, pero sí hablamos  de que no nos dé reparo pedir a otra persona que nos eche una mano con una tarea que puede que a nosotros nos cueste un poco más.

 

Me declaro fan de los pequeños gestos, de las listas de tareas y de Los Angeles Rams por su creatividad para el trabajo en equipo.