Llega una época del año en la cual la televisión se nos llena de anuncios de coleccionables mientras nos preguntamos: ¿quién compra eso? No resolveremos hoy ese misterio, pero sí que nos fijaremos en las ganas que tiene la gente de coleccionar cosas y la última locura que nos llega de Estados Unidos ligada al deporte: los NBA Top Shot, convertido en negocio millonario que se expanderá a otros deportes.
¿Qué son los NBA Top Shot? La respuesta simple sería la opción de coleccionar highlights, pequeños clips con jugadas. Pero como todo en la vida, es un pelín más complicado. En realidad nació en 2019 aunque es ahora cuando ha explotado y se ha puesto de moda. Los usuarios compran lo equivalente a los cromos, pero en formato vídeo. ¡Pero si encuentras lo mismo en youtube y gratis! Eso podría parecer, pero vamos a entrar más al detalle. La NBA y Drapper Labs, empresa de tecnología blockchain, se aliaron para que los fans puedan coleccionar jugadas concretas. Tal como hacíamos cuando éramos niños, compramos un paquete de cromos y, como todo evoluciona, ahora nos sale una targeta en forma de cubo, con estadísticas e información de un jugador y su equipo. La parte clave es que también incluye el ‘momento‘. Así pasamos a poseer una jugada, ya sea un mate, un triple, una asistencia o un tiro ganador. El negocio para quien quiera ganar dinero llega después porque la plataforma permite que posteriormente estos momentos se vendan via subhasta. Un mate de la estrella de los Lakers LeBron James llegó hace pocos días a los 208.000 dólares, superando el récord de un par que habían alcanzado anteriormente los 100.000: uno de Zion Williamson (New Orleans Pelicans) y otro también con LeBron de protagonista. Y no olvidemos que la NBA y sus asociados siempre van a la vanguardia en nuevas vias de comunicación y negocio, así que si estais interesados en adquirir algun Top Shot… se puede pagar en bitcoins.
Si os pica la curiosidad sobre esta nueva vía de negocio, añadiremos también que la plataforma propone tres tipos de paquetes de cromos:
- Común (9 dólares): incluye nueve ‘momentos’ comunes, sin límites de producción.
- Raro (22 dólares): siete ‘momentos’ comunes y uno raro, cuya producción no supera los 999 cromos digitales.
- Legendario (230 dólares): seis ‘momentos comunes, tres raros y uno legendario, con solo 99 ejemplares.
Los paquetes son limitados y van saliendo a cuentagotas, de ahí parte de su éxito. Los jugadores NBA son los primeros que han empezado a adquirir los clips y por ejemplo el serbio Bogdan Bogdanovic (Atlanta Hawks) confirmó que ya poseía 46 en los que era protagonista. Llevan días comentándolo en las redes sociales y eso ha impulsado el éxito de los cromos. Las cifras de negocio son mareantes. Tan solo en el último mes las ventas de NBA Top Shot llegaron a los 176 millones e incluso en un solo día, el pasado lunes, hasta los 50 millones. Hay tal locura que la segunda tanda de paquetes de cromos (1.492) se agotó en 5 minutos ya en octubre. Ahora vuelan mucho antes. Y todo esto sin necesidad de comercializar aún nada del gran icono: Michael Jordan.
Para los que la NBA les quede lejos y sean más de futbol. ¿Os imaginais poseer el clip con el gol de Koeman en la final de Wembley? ¿La volea de Zidane al Leverkusen? ¿El eslàlom de Messi contra el Getafe o los goles de Iniesta en Stamford Bridge y la final del Mundial? ¿La mano de Dios de Maradona? ¿Cuánto pagaría un coleccionista? Los NBA Top Shot nos demuestran una vez más que la tecnología nos ofrece nuevas vías de negocio impensables hace cuatro días, en este caso cuando las colecciones de cromos parecían camino de la extinción y limitadas a ser siempre cosa de niños. Y sin obviar la lección añadida que debemos estar preparados para que no nos pase como a los creadores de NBA Top Shot, cuya web se ha colapsado en varias ocasiones e incluso tuvieron que retrasar una de las últimas olas de ventas porque su sistema no aguantaba la cantidad de gente esperando para comprar (40.000 usuarios). Si pensábais que los coleccionables eran cosa del pasado, los cromos digitales nos recuerdan que la clave es evolucionar.