Poco a poco, pero Instagram se va alejando de aquella plataforma que fue y del lugar de encuentro de aquellas personas que no veíamos mucho.

Cuando la plataforma triunfó, era capaz de tenernos más o menos al día de la vida de nuestros conocidos, sin tener que quedar con ellos. Me llegué a encontrar con gente, después de 5 años, y pudimos mantener una conversación como si hubiéramos hecho un café la semana anterior.

La red social se está llenando de famoseo e influencers, comercio online y su publi correspondiente, vídeos y memes y otras muchas cosas que poco tienen que ver con la vida offline que nos rodea.

Por eso, reclamo, pido, exijo y anhelo una nueva red social. Un sitio donde conectar con tus amigos y conocidos.

Me gusta la app Moments, pero es muy complicada en su uso. Me gusta BeReal, pero me falta la posibilidad de conectar y elegir grupos de amigos. Me gusta Zello por hacernos creer que tus contactos se sientan a tu lado.

Estas tres redes sociales permiten compartir momentos concretos con tus amigos, momentos de realidad acotados a gente seleccionada.

El Instagram de antes debe mezclarse con la eximidad más íntima. Quiero los grupos de WhatsApp convertidos en red social y quiero la usabilidad y divertimento del chat de Telegram como medio de comunicación. Poder crear grupos como Moments o Discord, emitiendo el Ya y Ahora de BeReal y sintiéndome tan cerca de los míos que puedan hablarme en cualquier momento como en Zello.

Quiero decidir con quién comparto mi plato de macarrones o mi gin-tonic a la orilla de la playa, porque para el resto ya tengo Twitter para informarme, Instagram y TikTok para pasar el rato y el teléfono o un buen café para las conversaciones más interesantes con la gente que quiero.

Quiero, quiero, quiero, solo quiero una herramienta que me haga más social, que llegue donde yo no puedo y me conecte con aquellas personas que yo elijo.

Igual que se inventó la carta o el teléfono, las redes sociales deben servir para conectar más y mejor.