Esa es la palabra que más se repite cuando estoy frente de alguien profano en redes sociales. Un miedo suscitado por el desconocimiento profundo de la herramienta que ha revolucionado el mundo de las comunicaciones.

¿Qué son las redes sociales?

La definición que baila en sus cabezas se podría resumir en chafardeo innecesario, poco serio y robatiempo.

Pero no se dan cuenta que las redes sociales ya son una realidad que no podemos esquivar y que ha llegado para quedarse. Una oportunidad para empresas y personas de mostrar lo que son al mundo y ser ellos mismos quien dicen aquello que quieren decir. Ser escuchados y vistos. No estar no quiere decir que no hablen de ti.

Como ya dijimos, cada red social tiene un uso distinto según el usuario que accede a ella. Debemos encontrar qué queremos conseguir y hacer follow a aquellas cuentas que nos puedan aportar, sorprender, hacer reír, pensar, formar, informar, evadirnos,… ¡da igual, tú eliges!

En el mundo offline nos comportamos de forma distinta si estamos en un círculo de amigos a cuando estamos en una reunión de trabajo. Cada espacio, contexto y personas nos obligan a comportarnos y vestirnos de una forma determinada, así nos han enseñado y así lo hemos interiorizado. Son marcas distintas para cada ocasión. Entonces, no nos puede parecer extraño que haya aparecido un nuevo escenario: el 2.0.

El entorno 2.0 generaliza la masa de gente que nos ve y une otros círculos que hasta ahora podíamos mantener separados. Nuestros perfiles pueden ser vistos por familiares, amigos, clientes,… Teniendo esto en cuenta, debemos formar una marca que sea acorde con la imagen que queremos transmitir, igual que hicimos cuando decidimos involuntariamente cómo nos comportaríamos frente a nuestros clientes, amigos y familiares.

Al final, el miedo viene dado por el desconocimiento. Formarse es la solución y ser crítico nos permitirá decidir con conocimiento de causa si queremos estar o no estar y si estamos como queremos estar. Más tarde o más temprano todos deberemos gestionar nuestra marca 2.0, depende de ti controlar la herramienta o dejarse llevar por la marea.