Hoy quiero poner de manifiesto una necesidad 2.0 que, seguramente, poco o nada nos hemos puesto a reflexionar.
Una característica o dinámica en nuestra vida offline que creemos que es necesaria para ser eficientes a nivel personal y, más aún, en la vida profesional. Hablo del ORDEN, concretamente en aquel orden que debemos mantener en nuestras redes sociales.
Pecamos (todos) de empezar a utilizar las redes sociales con gula. Cuando nos damos cuenta tenemos un perfil con tropecientos (mil) seguidos y un sinfín de contenido interesante desaprovechado y otro tanto menos o nada interesante demasiado aprovechado.
Un TL o muro abarrotado con información mezclada, temas dispares y usuarios que no sabes de donde han salido.
En mi opinión, no es sano seguir a usuarios sin contrastar que aquello que dicen en una red social determinada es interesante para nosotros. Debemos cerciorarnos que comparte conocimiento propio o noticias de interés. No vale que sea un personaje offline interesante o que en su blog sí sea de interés pero que en Twitter, por ejemplo, se dedique solamente a compartir enlaces a diestro y siniestro. Debemos mantener la calidad y ser exigentes con aquello que decidimos recibir.
Cuando hemos ordenado el cajón de los seguidos, ahora deberíamos continuar clasificando por temáticas:
En Twitter es muy sencillo, solamente hace falta crear y usar las listas. En Instagram activar el sentido más crítico y solo seguir cuentas que nos aporten. En Facebook intentar buscar grupos de calidad. En Linkedin cribar a los usuarios que decidimos de forma consciente que salgan en nuestro muro.
Debemos ser conscientes que la comunicación online vía redes sociales se han convertido en la herramienta más potente para compartir información y conocimiento. Como toda herramienta debemos aprender a utilizarla y no usar sin prestar atención. Dedicar un tiempo para ordenar contenido, pensar en aquello que transmitimos y, sobre todo, separar el trigo de la paja periódicamente.
Una buena salud online radica en la consciencia que evocamos en nuestros perfiles sociales, ser activos en el backstage de cada una de las redes que gestionamos.
Si conseguimos dominar este gran poder, seremos imparables.