[dropcaps]Decir que los tiempos cambian y la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso no es ninguna novedad. Pero saber [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]hacia dónde vamos y qué cambios son los importantes[/textmarker] y los que marcarán el futuro sí es aportar algo en este mundo sobrecargado de información. Cambios que modifican nuestros hábitos y nos aportan beneficios. Que en definitiva [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]nos hacen la vida mejor[/textmarker].[/dropcaps]

Y permitidme que os ponga un ejemplo que he vivido en primera persona esta semana. Volvía de un viaje transoceánico y justamente mientras volaba se disputaba un partidazo de cuartos de final de ida de la Champions League de fútbol entre el Barça y el Atlético de Madrid en el Camp Nou. A pesar de que algunos aviones ya disponen de wifi –y espero que pronto sea una cosa habitual- no era lo suficientemente potente para seguir el encuentro desde tantos metros de altura. Así que aterricé en Madrid unas 14 horas después de que hubiera terminado el partido pero no sabía el resultado. Encendí el móvil pero no leí ningún mensaje ni whatsapp para que nadie me lo dijera.

Llegué a casa, sin haber hablado con nadie, y me puse el partido a través de [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]la programación a la carta [/textmarker]que ofrecía la televisión que posee los derechos. Pero además quite el volumen y lo sincronicé con la transmisión que había hecho mi amigo Joan María Pou en Rac1 y que puntual y ordenadamente estaba colgada en la web. Y aunque habían pasado muchísimas horas viví con la emoción que se correspondía el partido en cuestión.

Diréis que no es nada nuevo, que [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]el vídeo ha hecho esta función durante muchos años[/textmarker]. Pero el antes se necesitaba una preparación previa para programarlo, ahora no hace falta prevenir nada. No nos quedemos solo con la anécdota del partido de fútbol, sino con el hecho de tener el poder de la parrilla de programación. Las televisiones se pelean por la audiencia diaria, por contraprogramar, cuanto en realidad, [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]podemos ver los programas de los dos canales cuando nos dé la gana[/textmarker].

No solo en la televisión, también en la radio. O en nuestra empresa. Podemos crear un contenido audiovisual para subir a iTunes en formato podcast y allí conviven con grandes cadenas. Es tal la importancia de la oferta a la carta que televisiones y radios se abren sus propios portales y aplicaciones para que el usuario pueda tener acceso a toda su programación. Los dos grandes grupos mediáticos de este país también compiten en la red y han creado aplicaciones casi idénticas para ello: mitele en Mediaset y AtresPlayer en Atresmedia.

Por lo tanto el futuro audiovisual pasa con un televisor con conexión a internet en el que [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]podremos escoger qué ver y cuando hacerlo[/textmarker]. Interactuar con los programas y no depender de los horarios que las televisiones nos impongan, sino que nosotros mandaremos. Eso sí, siempre y cuando no te quiten la emoción dándote el resultado de un partido de fútbol que quieras ver a la carta…