Uno de los grandes debates que hemos tenido con mi amigo Joan Martín, es el que trata sobre si las redes sociales son o no un medio de comunicación. Un debate que también hicimos extensivo en el podcast La Sala de Solé del gran Albert Solé. En el título de este post ya os he dado mi respuesta a tal debate.
Pero como siempre es mejor explicarlo con ejemplos, esta semana hemos tenido un caso que me va como anillo al dedo para argumentar mi respuesta.
El tiktoker con más seguidores de España es el mallorquín Naim Darrechi. Alrededor de 27 millones de followers en el momento de escribir esto. Y ha sido noticia por unas lamentables declaraciones en una entrevista con el youtuber Mostopapi en las que Naim confesaba realizar actos sexuales sin preservativo sin el consentimiento de la mujer.
Bien. Esta entrevista sería impensable, imposible, que sucediera en un medio de comunicación. Porque los medios están regulados y tienen unas obligaciones que cumplir, ya sean públicos o privados. De hecho, los medios privados son concesiones públicas. Un canal de televisión emite porque el gobierno de turno le ha concedido una licencia.
Y voy más allá, en caso de que pasara, de que alguien dijera una barbaridad de tal tamaño en directo, se tomarían represalias y se eliminaría el video inmediatamente. En Tik Tok, o en las redes sociales, esto no sucede. Nadie las regula. Los criterios por los que se rigen son los que ellos quieren. En Facebook por ejemplo es imposible bloquear el perfil de Mark Zuckerberg. Esa es su censura. Pero puedes insultar, manipular, adoctrinar o cualquier otra barbaridad que se te ocurra. Ah, pero no puedes enseñar un pezón en instagram.
Por eso no son medios de comunicación, porque no tienen ningún control. Son canales de comunicación. Y ahí es donde nos confundimos. No es lo mismo un medio de comunicación que un canal de comunicación. Los medios también usan las redes sociales como canal para comunicar. Pero un canal, nunca será un medio.
Es cierto que hay algunos medios que no cuidan mucho los contenidos y frivolizan algunos temas, como todo lo vivido con Rociíto, Antonio David y el maltrato. Aquí es donde el órgano regulador del gobierno debería tener más mano dura y no permitirlo. Pero que haya intereses políticos en algunos medios de comunicación y que haya mucho margen de mejora no nos debe hacer confundir en que los medios son medios y los canales son canales.
El video polémico y lamentable de Naim y Mostopapi no lo eliminó Youtube. Ni lo denunció. Al contrario, el algoritmo estaba encantado porque no dejaba de tener visitas. No hay control. Y eso es peligroso. Viendo el revuelo y que incluso la ministra de igualdad dijo que abriría una investigación que Mostopapi ha decidido borrar el video. Él. Ni Youtube ni ningún órgano regulador, que no lo hay. Y eso es muy difícil de controlar. Porque si las empresas detrás de las redes sociales solo piensan en el dinero y la ley se lo permite, es imposible. Poderoso caballero es don dinero.
La única solución es intentar educar a los más pequeños de la mejor forma posible y que entiendan lo bueno, que también lo tienen y es mucho, de las redes sociales.