Ciertamente, tengo que decir que Twitter nunca ha sido mi plataforma favorita, del mismo modo que mis compañeros la usan a diario yo me olvido de ella con facilidad y es una verdadera lástima por qué me parece una de las plataformas más sociales que hay y os cuento por qué:

Aunque Twitter hace constantemente esfuerzos para añadir posibilidades multimedia estás parecen no terminar de coger el peso que tienen en otras redes sociales y, aunque yo sea una persona amante de todo lo audiovisual, creo que en esto reside la gracia de Twitter, en que la palabra pura y sin adornos es la protagonista.

Dicho esto, hace unos días entré a ver que se cocía como hago muy de vez en cuando y me topé con una polémica en la que se veían envueltos varios de mis (pocos) seguidores en Twitter así que le presté especial atención. Estos estaban respondiendo a una tercera persona que despreciaba otras entidades con menos alcance que la suya y decidí entrar al trapo con un poco de sátira.

Tengo que confesarlo, con solo un tweet se me encendieron los dedos, recordé como me gusta hacer malabares con las palabras, como más corto, pero incisivo el tweet, mejor, sin duda me subió la adrenalina (sí, por un mísero tweet, así soy). Pero me sorprendió que no todos jugáramos al mismo juego y es que la mañana siguiente cuando volví a ver cuál había sido la respuesta del susodicho, entre retweets y “likes” me encontré algunas palabras mal sonantes a las que, sinceramente, yo soy bastante intolerante. Aun así, seguí jugando una ronda más buscando un intercambio de palabras atrevidas, pero seguí recibiendo insultos así que dejé de jugar y volví a cerrar la plataforma durante seguramente los siguientes 4 o 5 días.

Sabemos de sobras que las redes sociales no ponen límites al odio, pero me sorprendió cómo muchas veces aquellos usuarios especialistas en crear polémica no les gusta que les paguen con la misma moneda, cuando para mí la gracia de Twitter está justo ahí, en generar conversaciones banales desde el enfoque del humor y la sátira, como cuando coincides con otra persona que te provoca verbalmente y sin faltaros al respecto os lanzáis algunas puyitas rápidas como si fuera un partido de tenis.

Twitter me parece una plataforma para gente ágil verbalmente y a mí eso me gusta mucho, conquistar con exactamente 280 caracteres es maravilloso.

 

Vamos a lo que supongo que venís buscando al blog de Marficom,

¿necesita una cuenta de Twitter mi negocio?

Como os digo, seguro que mis compañeros podrían desarrollar muchísimo mejor que yo las funcionalidades útiles de Twitter para una empresa, pero así es como yo lo veo.

Twitter necesita atención, ya sabemos que todas las redes sociales necesitan constancia, pero si vas a gestionar una cuenta activa en twitter, a mi parecer, necesita especial atención, ya que no vale únicamente “postear” como haríamos en otras plataformas y esperar que el algoritmo nos dé un poco de cancha mientras haces unas historias y respondes algunos mensajes. Twitter es muy demandante, pide que hables con las personas que hablan de lo mismo que tú, que estás al día y que además opines. Opinar para un negocio, independientemente de que esa opinión sea más o menos popular, puede ser una tarea MUY complicada.

En segundo lugar, necesitas algo nuevo por decir a diario. A diferencia de otras redes sociales, Twitter no es una plataforma que vaya a hacerte de catálogo o en la que debas estar por qué la gente la use como buscador, necesitas un discurso, una opinión o mejor aún, una historia que contar.

Finalmente, aunque no sea una necesidad, volvemos al origen de este artículo, la agilidad verbal que te dará la vida en Twitter. Un community manager ágil verbalmente que pueda dar respuestas atrevidas, pero sin cruzar los límites de la vulgaridad, y que, por lo tanto, conozca a fondo la empresa, hable el mismo idioma, se sepa de memoria el discurso y comparta sus mismos valores, podría hacer magia en Twitter.

 

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Si has llegado hasta aquí, gracias por leer esta entrada en el blog de Marficom, yo soy Marta (@bymartamarin) y estaría más que encantada de cruzar algunos tweets contigo, ya sabes, hemos venido a jugar, pero sin faltar.