[dropcaps]Después de mi último artículo sobre la influencia de las estructuras sociales sobre los individuos, hoy quiero hablar específicamente de las redes sociales 2.0.[/dropcaps]

Primero de todo resaltar [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]la errónea nomenclatura que le damos a los contactos que tenemos en Facebook[/textmarker] que desvirtúa su significado. [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]No son amigos[/textmarker]. Solamente con esta palabra hacemos que todos esos conocidos se acerquen un poco más a nuestro círculo de influencia. Estudios recientes confirman que las publicaciones positivas en Facebook pueden condicionarnos en momentos de pequeños bajones morales. Evidentemente en nuestros perfiles sociales mayoritariamente publicamos noticias positivas, fotos de sitios idílicos o nuestro mejor perfil fotográfico, estas publicaciones pueden chocar contra nuestra propia realidad y pensar que estamos mucho peor que nuestros “amigos” y provocar pequeñas o grandes depresiones, además de desvirtuar la realidad que nos rodea.

En Redes Sociales somos quién queremos ser… y nuestros amigos también.

En el post de la semana anterior hablábamos que el círculo de influencia que se establece con base científica en un 3r grado (amigos de los amigos de nuestros amigos afectan en nuestros comportamientos). Tanto es así que [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]puede influir en nuestros éxitos, fracasos, estados de salud o carácter[/textmarker]. En las redes sociales este efecto se multiplica debido a que los círculos están más poblados y el mensaje corre en mayor cantidad y más rápido.

[textmarker color=»C24000″ type=»text color»]Las redes sociales son una potente herramienta de comunicación e información[/textmarker] que debe ser enseñada como tal. No pueden ser excluidas del sistema educativo porque ya están presentes en las vidas de los más pequeños de la casa. Debemos fomentar la responsabilidad personal y fomentar el conocimiento y buen uso de las nuevas estructuras sociales 2.0.

El chico popular del instituto de toda la vida ahora se ha convertido en aquel que tiene más “likes” en sus fotos (los Popus), las pandillas de amigos se reúnen al lado de los McDonald’s o AppleStore porque tienen WiFi gratis, los niños con 13 años ya quieren tener su móvil para chatear con sus amigos y los padres y profesores se encuentran con una realidad que se les escapa de las manos por desconocimiento.

Seamos conscientes de la gran responsabilidad que conlleva ser parte de una estructura que [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]fácilmente puede desvirtuar la realidad[/textmarker]. La formación a todos los niveles debe ser clave para el buen uso de la herramienta.

Siempre recordaré un profesor que tuve en la EGB, se llamaba Jasón y se esforzó por enseñarnos además del barbecho y las capitales mundiales, herramientas útiles para la vida. Me enseñó que lo importante es saber aquello que los demás no saben, también aprendimos recursos para salir airosos de pequeños percances cuando hablamos en público, a concentrarnos en medio de un examen con distracciones a nuestro alrededor, y muchas más enseñanzas que aún recuerdo hoy en día. Siempre recordaré el día que nos hizo comprar un periódico diferente a cada alumno y pasamos toda la hora de clase analizando una misma noticia y el lenguaje que se usaban en cada diario: titulares, formas de escribir, espacio dedicado,… Con esto quiero decir que deberíamos introducir una asignatura de comunicación en las escuelas donde se ofrezcan recursos y herramientas para poder tener una estructura social sana, entender lo que nos quieren comunicar, el cómo y el porqué.

Las redes online nos hacen más sociales y nos ofrecen una infinidad de recursos excelentes, solamente necesitamos entender para qué sirven, cómo se usan y cómo pueden ser usadas. El conocimiento es la base para que un cuchillo sirva para crear magníficos platos culinarios, si no… solamente es un instrumento peligroso.