Qué difícil es tomar decisiones sin saber el resultado. Obvio.

En pleno agosto y yo escribiendo desde una terraza durante mis vacaciones y meditando sobre el comienzo de una nueva temporada. Decisiones personales y profesionales las cuales, seguro, van a dar un vuelco a mi forma de vivir y de pensar.

Cada día de nuestra vida está lleno de pequeñas acciones que son desenlace de decisiones no razonadas. Estas decisiones nos conducen hasta un futuro no planeado.

Pero hay otras decisiones que sí se pueden meditar, razonar y compartir para tener un desenlace querido. De ahí la importancia de las vacaciones.

En diciembre cambiamos de año, sin más. Además, durante las Navidades tenemos mil actos familiares, quedadas con amigos, regalos por comprar,… que nos hacen pensar, aun estando de vacaciones, más en el “ellos” que en el “yo”.

En verano, en cambio, tenemos la oportunidad de parar de verdad, desconectar y descansar. Unos días fabulosos que hemos organizado para nuestro disfrute.

En estos días tenemos una ocasión única para organizar qué queremos ser el resto de año y, quizás, el resto de nuestra vida.

Debemos buscar momentos de solitud para extraernos y entendernos, escucharnos y hablarnos. Unos minutos valiosos donde el “yo” se sobrepone a cualquier otra cosa de nuestro alrededor. Ser conscientes de aquello que nos pasa y del por qué.

Este ejercicio que nos pone frente a frente con aquello que somos, también debemos hacerlo con nuestro proyecto.

Aprovechar un tiempo de desconexión para conectar tranquilamente con aquellas decisiones que vamos tomando día a día para formar nuestra marca, empresa, proyecto o llámalo como quieras. Pensar en nosotros o en nuestro proyecto de forma sosegada y proyectando aquello en que queremos convertirnos.

Parar y pensar. Cuántas veces hemos hablado en el blog de la importancia de estas dos palabras juntas. No hay éxito personal ni profesional sin nuevas ideas, ideas que no brotan si lo urgente supera lo importante.

Toma decisiones, toma TUS decisiones. Al final, quizás nos llamarán locos, pero el loco es aquel que toma decisiones donde otros ni se atreven a pensar.