En muchos de los cursos y conferencias que damos durante el año, me encuentro con un gran problema común, muchos de los asistentes tienen perfiles en 2-4 redes sociales y publican sin pararse a pensar qué deben publicar.

En la vida offline es muy sencillo darnos cuenta que debemos cuidar nuestra actitud, aquello que decimos y como vamos vestidos. Muy fácil porque desde pequeños nos lo han enseñado. ¿Por qué no lo hacemos en la vida online? Primero de todo: nadie nos enseña a utilizar las redes sociales antes de que nosotros lo hagamos por nuestra cuenta. ¿Por qué no enseñamos a los niños de 8-10 años que es la comunicación online y para qué sirve cada red social? Quizás así sepan utilizarlas correctamente y crear una marca personal entre sus amigos y conocidos tal y como lo hacen en todo momento con sus compañeros del cole. Igual deberíamos hacer con las personas adultas.

Hoy os voy a explicar brevemente mi presencia en las principales redes sociales y como gestiono mi imagen personal y profesional:

Facebook: 60% profesional – 40% personal. Me sirve para llegar a mis amigos y conocidos, intento publicar mis mejores artículos en cuanto salen, mis viajes profesionales y personales y, de vez en cuando, alguna foto o vídeo de mi vida personal. Todo lo que publico tiene un sentido de creación de marca entre mis conocidos, incluso las fotos personales que sirven para desenfadar mi propio muro.

Instagram: 1% profesional – 99% personal. Si quieres saber cómo soy en mí día a día fuera del trabajo, entonces debes seguirme en Instagram. Aun siendo mi perfil más desenfadado, todas mis publicaciones deben sumar para la imagen que quiero transmitir. Igual que ni un solo día me puedo permitirme ir al trabajo o ir a tomar una cerveza con los amigos en pijama, tampoco me puedo permitir publicar según que fotografías que me puedan perjudicar.

#Running Time!

Un vídeo publicado por Joan (@joanmartin_) el

Twitter: 95% profesional – 5% personal. Para mí Twitter es información y opinión profesional de cada usuario, intento opinar sobre comunicación 2.0 y redes sociales, así como compartir (sin automatizar) artículos que he leído y me parecen interesantes. También publico pinceladas de mi vida personal o links, muy de vez en cuando, de alguna publicación en Instagram, de esta forma siempre gano algún seguidor más en las redes sociales personales. Nunca pongo links a Facebook.

Linkedin: 100% profesional. Más que utilizar Linkedin para crear una red de contactos profesionales, la utilizo para tener una cartera de potenciales lectores profesionales de calidad de mi blog u oyentes del podcast, además de informar de mis charlas o cursos, por este motivo agrego a la mayoría de personas que me mandan petición. Otra de las funciones que doy a Linkedin es la de agregar a todas aquellas personas que me dan su tarjeta en encuentros offline y aprovecho para mandarles un mensaje privado 100% personalizado para crear un recordatorio en su bandeja de entrada y en su persona, después si debo contactar con él/ella siempre será más fácil.

Snapchat: Con Instagram y sus Stories ya no le veo una gran utilidad a nivel de marca personal, prefiero concentrar esfuerzos en una sola red social.

Telegram: Intento tener todas mis conversaciones personales y profesionales vía esta aplicación de mensajería instantánea, sobre todo por la comodidad de su herramienta para escritorio y sus mejores opciones.

Whatsapp: Al contrario que Telegram, su versión escritorio es horrible e incómoda, por este motivo debo estar pendiente del móvil en todo momento y pierdo tiempo. La utilizo para todos aquellos contactos que aún no han visto “la luz” y siguen utilizándola como único canal de comunicación incomprensiblemente.

Cada individuo debe parar y pensar en qué redes sociales debe estar y cómo estar, no hay unas pautas escritas definitivas y cada uno debe encontrar su camino para llegar a proyectar la imagen que ha decidido.