Era abril de 1985 cuando Nike lanzó al mercado unas zapatillas llamadas Air Jordan, cambiando por completo las normas del marketing deportivo. Hasta ese año, las marcas buscaban a deportistas para que llevaran sus prendas, y en baloncesto reinaba Converse con las dos estrellas del momento: Larry Bird y Magic Johnson.

Y llegó Nike y apostó por una joven promesa, Michael Jordan, que había despuntado en el baloncesto universitario. Era una apuesta porque todavía nadie sabía que sería uno de los mejores deportistas de la historia. De hecho, le hicieron el millonario contrato y le pusieron como condición que debía promediar 20 puntos por partido. Hizo un promedio de 28. Y Nike no le dio zapatillas, ni le vistió con gorras de su marca: creó una línea exclusiva con el nombre de Jordan. Por primera vez en patrocinio deportivo, un atleta tendría su propia marca.

Y así, en abril del 85, salieron al mercado las Air Jordan I que, en el primer mes, generaron 70 millones de dólares en ganancias. Actualmente, existen 34 modelos diferentes de Jordan. Y muchísimos deportistas, cantantes, famosos, tienen su propia línea de ropa.

Y ahora, en 2025, 40 años después, estamos ante otro cambio de paradigma. Otro deportista dispuesto a cambiar las reglas del juego: Lamine Yamal. Es el primer futbolista creador de contenido, incluso dentro del terreno de juego. Busca la viralidad en todo lo que hace. Desde un regate a una celebración. Pasando por unos pasos de baile o un corte de pelo.

Es la primera estrella de fútbol mundial, nativa digital. Mundial. Y además, en general cae bien (más allá de rivalidades puras de Barça – Madrid). Tiene flow, que dicen los jóvenes. Tiene rollo, que decíamos los no tan jóvenes. Y tiene personalidad para llevarlo adelante. Y es muy bueno, claro. Tiene que tener el talento futbolístico. Pero es que, además, es atrevido, innovador y sobre todo coherente. Sí, coherente como creador de contenido.

Más allá del talento futbolístico descomunal que tiene, Lamine es constante en crear contenido en sus redes sociales, en las que acumula decenas de millones de seguidores. Publica con frecuencia y constancia, pero como os decía, con coherencia. Publica como un adolescente de 18 años. Se divierte con las mismas cosas que ellos, habla su lenguaje, escucha su música. Baila los virales, juega a los videojuegos, hace retos.

El fútbol se basa en partidos de 90 minutos, uno o dos por semana. Pero la gente quiere consumir mucho más. Por eso, hay tantos programas, tertulias, periódicos, webs, ligas fantasy… Porque interesa. Porque necesitan consumir fútbol y todo lo relacionado con él, y qué mejor que ¡el propio protagonista!

Pero no el contenido típico visto hasta ahora por los futbolistas. No. El contenido que haría un creador de contenidos. Si los jóvenes idolatran influencers solo por el hecho de ser influencers y contar su vida, sin ningún oficio ni beneficio, imaginaros si encima eres una estrella mundial. Uno de los mejores jugadores del mundo.

Con un equipo profesional detrás, claro, pero con intervención directa de él mismo. Llegando directamente a los jóvenes. Sí, a aquellos que habían perdido el interés por el fútbol decían. No. Aquellos que se sentían incomprendidos. Nadie conectaba con ellos. Hasta que ha llegado Lamine. Y ha revolucionado el mundo del futbol, el marketing y la marca personal de los futbolistas. El primer creador de contenido dentro y fuera de un terreno de juego.

@lamine.yamal

10 10 10 💙❤️💙❤️

♬ Lamine – Morad