¿No os ha pasado muy rápido este 2025? Soy yo, ¿o hemos llegado a diciembre sin apenas darnos cuenta? El tiempo vuela. Vivimos muy rápido. Consumimos, devoramos, avanzamos…
No vengo a contaros lo bonito que es la slow live, porque es muy bonito pensar en ello, pero muchas veces muy poco realista. Porque el día a día nos absorbe. Y seguro que, mientras has conseguido un par de minutos para leer este escrito, tienes un montón de cosas encima de la mesa, varias tareas urgentes en tu To Do List y decenas de correos sin responder en tu bandeja de entrada.
Aquí hay dos puntos de vista:
Como marca / empresa / producto:
Sabiendo el día a día de la gente, debemos colar nuestro mensaje en esa vorágine de locura de vida. Sí, porque todos tenemos nuestros momentos, pero los reservamos a ese libro que nos gusta, a esa serie que nos engancha o ese podcast que nos acompaña. Conseguir convertirnos en la zona de confort y desconexión de nuestro potencial cliente es un lujo. Y una utopía. (Ojo, si lo conseguimos, debemos valorarlo. Como lo hacemos con toda nuestra comunidad de Caviar Online, es brutal haber conseguido que la gente espere al viernes con ilusión de escuchar una nueva edición de nuestro podcast).
Pero lo normal es que no seamos su love mark. Entonces, ¿qué hacemos para llegarles? Primero y más importante, dar valor. Si solo queremos vendernos, fracasaremos. Ofrezcamos un valor añadido, algo útil; y luego, ya llegarán a saber que hemos sido nosotros los que les hemos dado esa ayuda. Y después, centrémonos en el cliente, en sus problemas, en sus necesidades; no en nuestras bondades y lo maravillosos que somos. Vamos, los famosos pains.
Y tercero: dejemos volar la imaginación. Seamos atrevidos, diferentes, directos… Llamar la atención pero sin ser grosero. Porque si nos diferenciamos de primeras, les damos un valor añadido y centrados en sus necesidades; difícilmente nos irá mal.
Como usuario / potencial cliente / persona humana:
Sería muy oportunista y quedaría un post muy redondito, si digo que nos centremos en aquellos inputs que recibamos, que nos llamen la atención, piensen en nosotros y nos den algo de valor. No, no seré tan obvio. Pero ojo: analiza en qué te paras y qué te hace fijarte en algo. Seguramente cumple estas características que te decía antes.
Pero no, mi idea va por otro lado: aportemos valor nosotros también al tiempo que dedicamos al ocio. Ocio de valor. Eso es calidad de vida. Valor emocional, estando con la familia. Valor de aprendizaje, con videos, cursos o lecturas, e incluso series que nos aporten. Valor de diversión, con amigos, juegos, películas… Pero valor, porque el tiempo vuela, y no estamos para perderlo o mal invertirlo en engaños, estafas y fabuladores, charlatanes y embaucadores.
En definitiva, el 2025 ha pasado volando. El tiempo, pero, es el mismo para todo el mundo. Y el mismo que hace 2000 años. Es decir, un año consta de 12 meses, de 365 días (no ha sido bisiesto ni lo será el 2026), de 8760 horas, de 525.600 minutos. No son muchos eh, medio millón de minutos al año. No estamos para desperdiciarlos.

