En las últimas semanas se nos han llenado los medios de comunicación y las redes sociales de noticias sobre Facebook. Que si los responsables de Instagram reconocían que era «tóxico» para la salud mental de los jóvenes o que si todo el mundo enloquecía con la caída temporal de Facebook, Instagram y Whatsapp. Las redes sociales copan nuestras vidas y aprendemos a digerirlas sobre la marcha. Cada dos por tres aparece algo nuevo y por eso es muy importante que las nuevas generaciones cuenten con una educación o alfabetización mediática que les ayude a asimilar tanta información y a conocer mejor las virtudes y los riesgos de las pantallas.

El auge de la extrema derecha. La presidencia de Trump con el rol clave de Facebook y el escándalo de Cambridge Analytica. Y el suicidio como primera causa de muerte de los jóvenes de este país. Tres noticias o elementos de tiempos recientes que tendrían menos fuerza con una buena educación mediática. ¿En qué consiste? Cada vez vemos más proyectos que resaltan la importancia de enseñar ya desde la escuela cómo gestionar el volumen exagerado de información que nos llega cada día a través de las pantallas, cómo detectar fake news, las virtudes y riesgos del uso de redes sociales y videojuegos o cómo gestionar el tiempo que dedicamos a las pantallas. Se trata de una iniciativa que va a más y Marficom ha colaborado ya aportando contenido y difusión en proyectos como eduCAC o Ull Crític, que ponen el foco en la educación de los más jóvenes, sin perder de vista tampoco la gente mayor, que acaban siendo muchas veces los principales distribuidores de fake news.

A nivel europeo el gran referente en educación mediática es Finlandia, que empieza a trabajarla ya en la guardería y lidera el ránquing continental. Fueron los primeros en entender que una ciudadanía bien formada en alfabetización mediática era más difícil de engatusar con fake news. ¿Y España? El informe Digital News Report de la agencia Reuters apuntaba que el 67% de la población está preocupada por la desinformación y que somos líderes en Europa en inquietud ante el efecto de las mentiras sobre la pandèmia generadas por el gobierno y los diferentes partidos y actores políticos.

Con todo, la realidad es que ahora mismo tenemos acceso a un volumen inabastable de información y pasamos muchas horas navegando por las redes sociales. Y no es fácil de asumir y llevar de forma sana. Por eso es necesario apostar por la educación mediática, que elimine el impacto de las fake news y nos permita tener un acceso sano a las diferentes plataformas. El trabajo debe tener dos pilares: el círculo familiar y las escuelas. Recordad, alfabetización mediática, un concepto que cada vez escucharemos más.