La calidad es subjetiva, no podemos gustar a todos ni todos nos tienen porque conocer. Si tú no estás, seguro que aparecerá otro que se te adelantará, quizás peor que tú. Aquello que ofrecemos debe ser revestido con una historia, un por qué y estar en el momento adecuado con el formato correcto.
La calidad no es suficiente para ser el mejor, para sobresalir en un mercado cada vez más competitivo. Por fin, empieza a ser obvio que un producto de calidad debe ser el punto de partida, nunca el fin último.
Esta mañana he escuchado una entrevista a uno de los cantantes españoles con más éxito actualmente, Pablo López. Han sido 20 minutos de diversión e historias sobre su vida. Ha sido simpático y ha participado. He podido conocer quién es y no ha rehuído ninguna pregunta. Incluso ha cantado en directo a las 10:30 de la mañana. Ha entendido que su trabajo no solo es cantar, si quiere vender su música debe agradar a los medios, hablar y crear emoción y espectáculo. Lo importante no es él, sino aquello que quieren de él sus fans/clientes. Debo reconocer que me ha ganado.
Hay miles de cantantes que quieren abrirse hueco en Youtube, pero me enamoró la personalidad y saber hacer de Bely Basarte. Cada viernes, sin fallar, cuelga desde hace ya tiempo una versión de una canción conocida cantada con su estilo. También contesta, de vez en cuando, a las preguntas de sus seguidores de la mejor forma que sabe: cantando. Habla en su canal y se expresa tal y como quiere ser conocida, usa las redes sociales para mostrarse. Su música es el producto y su vida, sus gatos y sus stories… su reclamo.
Os recomiendo que veáis como la actriz Alejandra Martinez de Miguel se presenta en un festival con un poema-historia-canción muy original, interpretada a su manera y con mucho ingenio. Si hacemos cosas originales y buenas, da igual si somos más o menos conocidos, la gente lo aprecia y está dispuesta a compartir. Yo la conocí porqué una amiga compartió la publicación de otra amiga en Facebook que había visto el vídeo en otro canal de la misma red social. ¡Genial!
3 ejemplos, pero podrían ser más. 3 personas, de más a menos conocidas, que utilizan su personalidad e ingenio para revestir su marca personal y vender su producto.
Se acabaron los divos. Se acabaron los enchufes. Ahora el público, seguidores o clientes están a un solo click de tener más información. Ofrece aquello que no pueden/saben dar tus competidores, deja volar tu imaginación. Crea una historia, habla de tu producto, ofrece valor añadido y certifica la calidad con tu sello, la marca personal.
Estar en redes sociales y cuidar tu marca personal ya no es una opción a valorar, ahora es obligatorio si quieres ser visto.