50 + 50 x 2 = ??
Fácil, ¿verdad? Una operación matemática de las que aprendimos en el colegio.
¿Lo tienes? Venga, di el resultado en voz alta. No te preocupes, no entra en examen. Pero hazlo antes de seguir leyendo.
¿Ya lo tienes? ¡Dale!
Pues aquí viene lo interesante: Si haces la operación con una calculadora tradicional, el resultado es 200. Lógico, ¿lo has comprobado? Primero sumamos 50+50, obtenemos 100, y luego lo multiplicamos por 2, lo que nos da 200. Fácil, directo y siguiendo la dirección “normal” de lectura, de izquierda a derecha. Pero, ¿y si lo haces en tu móvil? 🤔 ¡el resultado ahora es 150! ¿Quién miente? ¿Conspiración matemática? ¿Magia? No exactamente.
La diferencia está en que la calculadora del móvil sigue la jerarquía de las operaciones matemáticas, esas que muchas veces olvidamos. La prioridad de operaciones: primero multiplicar, luego sumar. Entonces, hace 50×2 primero (100), y luego suma los otros 50, dándonos 150.
Este pequeño ejemplo nos recuerda lo esencial que es conocer no solo las herramientas que usamos, sino también las reglas que rigen su funcionamiento y el contexto. Las herramientas están ahí para hacernos la vida más fácil. Pero si no entendemos la lógica detrás de lo que estamos haciendo, corremos el riesgo de caer en errores tontos… o peor aún, errores grandes.
Y esto aplica perfectamente al marketing y la comunicación. Tenemos herramientas para todo: automatización, análisis, CRM, IA,… tú eliges. Son geniales, nos ahorran tiempo y nos permiten hacer más cosas. Pero hay el riesgo de pensar que esas herramientas hacen todo el trabajo por nosotros. Que simplemente apretamos un botón, y listo. Pero no, no es así.
No puedes ser un buen profesional si no entiendes lo que estás haciendo detrás de la pantalla. Si no comprendes la estrategia, la lógica, los “porqués” de las decisiones. Si solo dependes de las herramientas sin reflexionar sobre el proceso, te estás preparando para cometer errores.
Y aquí es donde se suma a la fiesta la ciencia:
¿Sabías que cuando aprendemos a realizar una tarea por nosotros mismos, activamos ciertas áreas del cerebro que mejoran nuestra capacidad para tomar decisiones?
Según estudios de neurociencia, el córtex prefrontal (la parte del cerebro que maneja el pensamiento lógico y la toma de decisiones) se fortalece cuando realmente entendemos lo que estamos haciendo. Cuando solo seguimos órdenes de una máquina o dependemos exclusivamente de una herramienta, esa parte de nuestro cerebro se vuelve más “perezosa”.
En otras palabras, al dejarnos llevar por la comodidad de la automatización sin cuestionar o analizar el proceso, corremos el riesgo de que nuestra capacidad de resolver problemas simples o complejos y pensar de manera crítica se debilite con el tiempo. Y eso no es algo que ninguna herramienta pueda compensar. El cerebro humano sigue siendo nuestra mejor “herramienta” para tomar decisiones, y debemos ejercitarlo.
Porque al final, las máquinas hacen muy bien su trabajo, pero nosotros aportamos algo único: la empatía, la intuición y la capacidad de ver más allá de los números y algoritmos. En un mundo cada vez más automatizado, es precisamente ese toque humano el que nos hace verdaderamente valiosos. Recuerda entender todo lo que haces, y hacerlo con criterio, te permitirá no solo ser más eficiente, sino también mantener viva esa chispa de humanidad que ninguna IA podrá imitar.