[dropcaps]Hace unos días salió el Estudio General de Medios, EGM, que mide principalmente las audiencias de los programas de radio en España. Se hace tres veces al año despertando una gran expectativa. Se realiza a través de encuestas personales o telefónicas a gente escogida al azar. En televisión reciben las audiencias de forma diaria. Como ya hemos comentado en otro artículo, basado en los poco más de 4.500 audímetros repartidos por todo el país. ¿Un poco arcaico, no?[/dropcaps]
Pero así medimos el alcance de los medios en España. En esta ocasión, por primera vez, también han preguntado en el EGM el consumo de podcast. Es la gran novedad. Pero los resultados todavía no los hacen públicos porque primero quieren contrastarlo con los propios medios. Es decir, una medida que podemos tener absolutamente exacta porque sabemos perfectamente la cantidad de veces que se ha reproducido ese podcast, lo convertimos en novedad cuando salimos a la calle y lo preguntamos a la gente. En el año 2017. ¿Más arcaico todavía, no?
No sé vosotros, pero yo apenas miro la televisión a no ser que sea algo claramente en directo: un partido de fútbol o los resultados de unas elecciones. Y la radio cuando me levanto y mientras me aseo para ponerme al día de las noticias. El resto de consumo lo hago cuándo quiero y cómo quiero. Consumo radio, mucha radio, pero en formato podcast. Incluso en el coche. Pongo mis programas favoritos a mis horarios disponibles. Lo mismo hago en la televisión. Desde Netflix hasta los canales de toda la vida gracias a la programación a la carta. Por lo que todos estos canales tienen perfectamente claro cuánta gente lo consume sin necesidad de conocer los resultados por una encuesta.
En un mundo cada vez más 2.0, en el que el Big Data está cogiendo todo el protagonismo gracias a la cantidad de datos y rastro que vamos dejando en la red, la radio y la televisión siguen anclados en el pasado. En cambio la mayoría de periódicos ha hecho el gran cambio de chip. Saben que el papel se está muriendo, al menos con los números de hace algunos años, y están encontrando una vía de negocio en internet. Con servicios Premium, con publicidad a través de clics y con una adaptación y unas conversiones mucho más concretas y factibles que las de la radio y la televisión. Sí, añaden una cuña antes de que se reproduzca un programa a la carta. Incluso los más atrevidos hacen programación exclusivamente por internet. Pero queda mucho recorrido por delante. Mucho campo donde mejorar y sobre todo mucho negocio por explorar. En Noruega por ejemplo ya han apagado la FM, las radios solo emiten digitalmente. Y aquí seguimos con encuestas. Así nos va.