[dropcaps]Escribía esta semana mi buen amigo Joan Martín la importancia de tener una buena presencia en las redes. Es decir, ampliar esa primera impresión física que ha existido toda la vida en el offline a que también sea buena en el online.[/dropcaps]

Una de nuestras obsesiones es insistir en el equilibrio entre estos dos mundos. Hemos escrito y hablado mucho sobre ello, porque uno no ha venido a sustituir al otro, ni mucho menos. Ha venido a cogerlo de la mano y a avanzar juntos hacia el [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]éxito[/textmarker]. Si priorizas más uno que otro, difícilmente lograrás llegar a la meta deseada.

Por lo tanto todos aquellos aspectos tradicionales siguen siendo importantes hoy en día. Es decir, los valores que se han utilizado durante toda la vida también deben ser usados en el mundo online. A pesar de que este mundo junto con la tecnología te permite múltiples maneras de aparentar la imagen que quieras mostrar, no se puede vivir de las mentiras. Ni en el online, ni en el offline.

Porque hay un valor que no se paga con dinero, ni con tecnología, ni con apariencias. Un valor que sigue vigente online y offline: [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]la confianza[/textmarker]. Clave para el éxito. Un negocio, un proyecto, una marca nunca funcionará sin confianza.

Uno de mis mejores amigos me contaba al respecto que si quieres dinero puedes ir a un banco y conseguirlo. Es fácil. Pero los bancos no te dan confianza. Y de hecho con dinero tampoco la puedes comprar. La confianza hay que ganársela.

Buscando la definición de confianza en el diccionario de la RAE, encontramos esta séptima acepción:

[textmarker color=»1010DE» type=»text color»]7[/textmarker]. f. [textmarker color=»1010DE» type=»text color»]desus.[/textmarker] Pacto o convenio hecho oculta y reservadamente entre dos o más personas, particularmente si son tratantes o del comercio.

¡Atención a la primera abreviatura! ¡En desuso! Es un detalle, pero muy significativo de que se está perdiendo la confianza en el mundo de los negocios. La confianza empresa-cliente debe ser imprescindible y recíproca. Dudar, malpensar, juzgar… son verbos que no son buenos compañeros de viaje.

Gánate la confianza yendo de cara, teniendo la conciencia tranquila y siendo consciente de tus limitaciones. Hay tanto desconocimiento todavía en todo el mundo online que muchos se aprovechan para sacar tajada. [textmarker color=»C24000″ type=»text color»]Pan para hoy, hambre para mañana[/textmarker].

Y una vez tengas esa confianza, sobre todo mantenla y no la pierdas. Con lo que cuesta ganarla y lo fácil que es perderla. Aunque sea un detalle que crees que no tiene importancia, no te equivoques. No pongas a prueba la confianza. Seguro que no vale la pena.

Porque una vez cometes el error, no hay marcha atrás.

Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti. Friedrich Wilhelm Nietzsche