Cada día somos más conscientes que cuando usamos una aplicación gratuita estamos pagado con nuestros datos. Si luego sabemos qué datos y para qué los usan es otro cantar. Quien no quiere ‘regalar’ su intimidad o gustos a Facebook cada vez tiene más información para protegerse, aunque la protección total solo existe si dejamos de usar internet. ¿Alguien está dispuesto a ello?
Pero no solo nos ‘espía’ Google. ¿Os ha pasado alguna vez que estás hablando con un conocido y te pregunta por hechos que nunca le habías contado? Cuando colgamos en Instagram fotos de la mayoría de cosas que hacemos en la vida, no solo le estamos dando mucha información al señor Zuckerberg de cómo somos y qué nos gusta, sino que también les estamos contando más de lo que nos gustaría contarles a nuestros amigos/conocidos cotillas. Y eso si tenemos la cuenta cerrada, si las tenemos abierta…
Lejos ha quedado la vieja del visillo que inmortalizó el humorista José Mota en su programa de televisión que estaba todo el día mirando por la ventana para saber cuándo van y vienen, y con quién, sus vecinos.
Y no estoy hablando de lo obvio. Es lógico que no te puedes sorprender que alguien te pregunte qué tal el viaje a París, si una semana antes colgaste una foto con tu pareja en la Torre Eiffel. Pero si cuelgas una foto de una cena en tu casa con unos amigos, alguien a quien no invitaste la verá y pensará porqué ha invitado a ‘estos’ y a mí no, y puede enfadarse contigo. O te vas a Londres con una pareja nueva y no se lo queréis contar a nadie, pero los dos colgáis la misma foto del Big Ben, del mismo ángulo y a la misma hora, y alguien que os conoce a los dos y tiene espíritu de Sherlock Holmes se da cuenta…
Cuando colgamos una foto o contamos una anécdota en las redes sociales no siempre somos conscientes de las segundas lecturas o de la información escondida que estamos dando sin darnos cuenta.
De la misma manera que tenemos que pensar dos veces antes de colgar una foto sobre qué uso va a hacer de ella Google, también tendríamos que pensarlo dos veces sobre qué información le estamos dando a nuestro entorno. Pregúntate antes ¿le contaría esto a esta persona si me lo encontrara por la calle? Si es que no, o no la cuelgues, o deja de ser su amigo en las redes.