Vivimos en la era de la inmediatez. No tenemos paciencia y no podemos fallar. Nadie da una segunda oportunidad. Me sirves o te olvido. Este es el mundo 2.0.
Yù yī (玉衣 ) Deseo de ver la vida con ojos frescos y sentir las cosas tan intensamente como cuando las hiciste por primera vez, antes incluso de las expectativas, antes de los recuerdos, antes de las palabras.
Debemos tener muy claras cuáles son nuestras líneas de trabajo. Saber dar una solución al problema que nos plantea nuestro cliente.
El objetivo de toda marca profesional o de empresa debe ser conseguir ser amada por sus clientes, convertirse en una Lovemark.
He de reconocer que una de mis costumbres habituales es mirarme con detalle las audiencias de televisión. Como he contado otras veces, estas se calculan a través de los diferentes audímetros situados en determinadas casas.
Siempre han habido “Influencers”, antes los llamábamos “Famosos” e igual que ahora, también habían “famosos” y “famosetes”. Los famosos tipo “Belén Esteban” han existido y existen actualmente en el 2.0, pero también están las personas famosas por su trabajo o por sus méritos.
Hace unos días salió el Estudio General de Medios, EGM, que mide principalmente las audiencias de los programas de radio en España. Se hace tres veces al año despertando una gran expectativa. Se realiza a través de encuestas personales o telefónicas a gente escogida al azar.
En el mundo Facebook está pasando algo raro, hay cambios. Tengo la sensación que Facebook ya no quiere ser el Facebook que hemos conocido y quiere convertirse en otra cosa, ¿quizás en un mayordomo TOTAL 2.0? Si es así, el diseño y estructura actual de la red social ya no tiene sentido.
Una de las claves para tener éxito en cualquier ámbito profesional es ser honesto con uno mismo. Aunque parezca lógico y evidente, no lo es.
Pero si Twitter es el precursor con los hashtags, ¿qué pasa con la reina del #Hashtag, Instagram? En esta red social, el uso de este símbolo se hace esencial si queremos tener visibilidad con nuestro contenido.